LA.KBZUHELA
  ANDREA SAMANIEGO
 

 

ANDREA SAMANIEGO
 (QUITO)

 

 

  


Nombre:                      Andrea Samaniego 

Fecha de nacimiento:       20 de enero de 1985
Dirección electrónica:      http: la.kbzuhela.blogspot.com
E-mail:                              cachorrajc@hotmail.com
Miembro fundador y activo del Grupo de Creación Literaria: La.Kbzuhela

 

 

Nació en Quito. Se acercó a la literatura desde los 12 años participando en varios concursos intercolegiales de poesía.

 

En el 2002 obtuvo uno de los primeros lugares en el Concurso Nacional "Terminemos el cuento" .

 

Ha formado parte de los grupos de Creación Literaria: "Squizofrenia Colectiva" y "La.Kbzhuela".

 

 

Publicaciones:

 

Ø  REVISTA: LA.KBZUHELA

Año:    2006

Proyecto editorial literario la.kbzuhela

 

Ø  Poemario:    PRAVDA”

Editorial: Drugos de la Naranja

Año:    2008

Proyecto editorial literario la.kbzuhela

 

Ø  Selección poética: "FRACTALES"

Editorial: Casa de la Cultura Ecuatoriana

Año:     2008

Proyecto editorial literario Talleres de la Casa de la Cultura Ecuatoriana

 

 

Libros a publicarse:

 

Ø  Investigación: “LA ESQUIZOFRENIA ECUATORIANA EN LA ENTREPIERNA
 Editorial:   Drugos de la Naranja y K-oz editorial
Año:  2008
Proyecto editorial literario la.kbzuhela y k-oz editorial

 

Ø  Antologia poetica CLOWN

Editorial:  K-oz editorial - Palabraimagen

Año: 2008

Proyecto editorial Palabraimagen

 

Participaciones

 

Ø  JORNADAS CULTURALES Facultad de Comunicación Social de la U.C.E.

Fecha:      Octubre del 2006

Lugar:      Quito-Ecuador

 

 

Ø  PRIMER ENCUENTRO DE GRUPOS Y TALLERES LITERARIOSALFONSO CHÁVEZ JARA

Fecha:      12-13-14 de abril 2006

Lugar:      Riobamba-Ecuador

 

 

Ø  VARIOS RECITALES POÉTICOS

Fecha:      entre septiembre 2006 y abril 2008

Lugar:      Quito - Guayaquil  - Riobamba / Ecuador

 

 

  

 

 

COMPILACIÓN POÉTICA

“PRAVDA”

 

"PRAVDA, el llanto acurrucado en la entrepierna de la locura"

 

La cuarta costilla de estas letras pretende a la verdad: PRAVDA, como camino seguro a la demencia.

 

Días normales, seres normales, comprometen su cordura por la ilógica secuencia de circunstancias:… la vida.

 

Pasos incoloros, que adoloridos y quebrados, intentan huir hacia el clímax, o fumar un cigarro para que el día valga la pena y poder "insomniar" tranquilos.



LIBRO:PRAVDA
 

 

Pravda, un pacto con el tiempo

DRUGOS  DE  LA  NARANJA  EDITORIAL

 

En ese caminar pacífico en donde se pacta con el tiempo, para no invalidarse antes de hora, en donde muchas cosas pasan sin dejarnos huella, nace Pravda impermeabilizando el dolor con sensibles frases que trascienden, concibiendo el momento preciso para llorar, reír, amar, odiar…, supurando inciertas sensaciones escondidas que calan los pensamientos, más allá de la palabra.

 

Pravda, ¿por qué Pravda?, acaso, ¿por comunicar?, ¿por develar?, ¿por contar una estación? ¿por rememorar?, o por ser la Verdad, una verdad que: “…traga alfileres que le tatúan la traquea  /  y explotan en su pelvis. / mientras  / (En el zapato se le ha caído / La piel)… la verdad sencilla del momento que cada verso anota.

 

Este poemario irrumpe con libertad en el medio, es una gaceta permanente que inscribe historias cotidianas dichas de una manera enérgica, sensitiva y erótica. Pravda es una forma de desnudarse, de mostrar con sensualidad el cuerpo femenino de la palabra,  los amantes sin género,  el orgasmo infinito.

 

La poeta emigra para invernar doce meses al año, y buscar la idea profunda que la habita. Escribe con expresión crítica y reveladora su anatema interno: “Tú engrasarás los dedos y volverás a / buscarle en los dèjávus de “Mujer / prohibida”…” Cada uno de los poemas de este libro, entona eufonías perdurables, sin alteraciones ficticias ni sentencias inquisidoras, la autora es “victima del sentido de la vida”: “Ella con Pedro, ella resbalándose en el sexo de Juan, ella bañándose en la espuma del imbécil de la esquina. /Ella olvidándose de la oquedad que formaban mis senos en su boca. /Luego la tomé por el cabello con fuerza y cuando gimió sentí que arrullaba dedales azules en los ovarios. Entonces lo pensé mejor…”

 

Versos fractales que crean contextos que emergen desde la ternura hasta llegar al clímax más sensual, vaciando la nostalgia, la ansiedad, la ironía, en un tolvanera de imágenes, de ritmos,  que se arraigarán en la reserva personal de la memoria de quienes los lean: “Se toma café sin azúcar /         por desgano / Se torturan gatitos /          con ternura inmensa / Se lanza gotas de agua/           por el placer de escuchar el shiiiiiiiiiiiiiii /            Se asesinan pelirrojas / para colmarse de color.” Poesía alimentada por lo inaccesible como fuente de dominio, mientras la desdicha como huida se fortalece, se suaviza y permite a la poeta ser presa de una descomposición: “No entiendes que en el / camino se me ha caído la piel, / que hasta tu saliva / es corrosiva en las / fibras de mis labios.”

“Jugueteo con los pliegues de mi clítoris, / para que se te pudran los silencios en el / calabozo que dejaste en mi nuca.”

 

Magníficos monstruos que crecen con las amarguras del mundo, de su mundo: “algún día se me ocurrirá pintarte sin boca, / para que ni los silencios se te escapen.” “Entre ustedes mis lágrimas no quieren…”

 

Los textos repiten su estructura inventando geometrías tan sublimes como extrañas.  Experimentan cierta perplejidad y una sutil ironía de una vida casual e indefinida: “¡Cuánta vida escondida en tu / nombre!....Alicia/ niña triste, ladrona de acordeones, sé que estás escondida tras espejos rotos. Tu sangre es plastilina multicolor en los cristales.”

 

Pravda llega en un momento en donde la poesía necesita de su aire: sensible y erótico para mostrarse como posiblesalvedaddel lector. Poemas como espectros que nos invitan a ser parte de su mundo.

 

 

 

 

 

A los cronopios

que abrieron la puerta…

 

 

 

I

 

 

Las cobijas se quejan,  la carne gris sabe a jarabe de grosellas y campanazo de basílica.

 

Levanto mi brazo hasta que en el sobaco

se me dibuja una cavidad supurante, entonces descuelgo nuestra araña

y la anido en tu sexo.

 

 

 

 


 

 

II

 

 

Lo encuentro de espaldas con el cuello cubierto de lágrimas.

 

No me atrevo a mirar su desnudez luego de

haber desmaquillado mis verdades, aún así

soplo en su oído y la cabeza busca al

hombro ahuyentando mi aliento.

 

Mientras el sol prematuro arroja minutos

sobre las sábanas, yo vacío las palabras de

nuevo en su piel:

 

-      Las mujeres duermen con las manos en su sexo.

 

 

  


 

XVII

 

UN HOMBRE HA CAÍDO

 

Subsuelo del piso 11

el hombre había colgado el rostro en el ascensor y en un intento desesperado por recuperarlo ordena a sus piernas la carrera.

izquierdaderecha izquierdaderecha izquierdaderecha el pie izquierdo habíase impuesto por un ápice cuando tropezó con la ventana.

El amorfo cuerpo dibujaba en el aire 123456789 volteretas antes de estrellarse en el pavimento con la pierna culpable por delante

el pie derecho, la ultima extremidad en llegar, no ha recibido la orden de aterrizar…

 

Continúa la carrera.

 

 



XVIII

 

Con una mueca fucsia advertí que todas las hojas tenían tatuado el mandala.

 

Acostado en el puente el abismo me grita que no soy más…, que nunca pasa que se vuelva a decir siempre cuando a veces se ha dicho tal vez.

 

Mientras rasco la espalda entre la segunda y tercera durmiente y un calambre en el pie me recuerda la humedad de la maldita nostalgia.

 

La pintura que derrame en mis rodillas a los seis años sigue tiñendo a los trenes de jueves y los jueves hacen rondas para burlarse de las fallas en mis sentidos, y es que después de absorber mil olores; el olfato se muere con la memoria saturada del recuerdo del sexo que por primera, tercera y última vez frotaste contra la quijada.

 

Mantras metálicos se escuchan cercanos, colapsan el dolor, me abofetean las manos, como si el carbón con el que dibuja la locomotora me lo hubiese tragado, y antes de inundarme el esófago, se convertiría en la voz que jamás ha existido, arrullándome con la canción:

 

“Esternón a tierra, brazo derecho elevándose un grado inexacto,

Pierna

izquierda dentro del codo central,

cabeza contorsionándose sobre

ombligos a una velocidad nunca

calculada   ….vencerse con el sueño.

 

 


XIX

 

¡Cuánta vida escondida en tu

nombre!....Alicia

niña triste, ladrona de acordeones, sé que estás escondida tras espejos rotos. Tu sangre es plastilina multicolor en los cristales.

 

Dueña de la madriguera, la efervescencia de mi saliva te persigue.

 

Sigo tu rastro olfateando la pimienta que llevas en los bolsillos, te encuentro acurrucando cerditos, amamantando llantos.

 

Cuando los lirones te piden más TÉ, acomodas la sonrisa de gato a tu lado y te exprimes un dedo por cada diez gotas.

 

Sé que quieres huir; que es inmensa la casa y que no cabes por las ventanas, pero dentro tendrías miedo.

 

Reina Corazón Negro pide tu muerte.

 

Si el Sol no se extinguiera entre mis dedos tan pronto, podría ayudar a rescatarte las venas con tripas de gato, pero antes de que puedas despintar mi cara arlequinesca, eres una odisea martillándome en las sienes.

 

Desconecto mis vértebras de las cobijas, ha sido la leche con galletas de la cama.

 

Anterior, me tranquilizan mis músculos completamente laxos y la sequedad de mi boca que te niega tu existencia.

 

Acerco la jarra con agua a mis labios.

 

            Estás dentro,

            tu vestido jamás se moja.

 

 

 


 

XX

 

Con la mano sosteniéndole el talón le dije:

 

- Teóricamente no tengo nada contra la prostitución. - Aunque a donde quiera que enviase mis pensamientos, regresaba ella plagándome de imágenes.

 

Ella con Pedro, ella resbalándose en el sexo de Juan, ella bañándose en la espuma del imbécil de la esquina.

Ella olvidándose de la oquedad que formaban mis senos en su boca.

 

Luego la tomé por el cabello con fuerza y cuando gimió sentí que arrullaba dedales azules en los ovarios. Entonces lo pensé mejor…

 

Sus carnes escurridas dejaban espacio para un milímetro de malicia.

 

            Es más, creo que cuando cierro los ojos, siempre la veo sola como si con el transcurso del tiempo se hubiesen jubilado todos sus fantasmas y hasta su sombra caminase a una distancia eterna de sus flacuchas piernas.

 

Sobrevino mi segundo ataque de ternura y dibujé con sus piernas, un ángulo recto.

 

 

 


  

XXI

 

Nunca nadie me había soltado un

eufemismo tan interesante como

endomórfico para decirme bola de sebo.

 

Luego de pasar por la tortura de un alicate pellizcándome los pliegues del abdomen y otras partes menos visibles.

 

Sometieron mis

cabellos a la prueba del

sadismo.

 

Verme del borde del llanto no fue suficiente para la Maga quien acostumbrada a los acosos permanentes, me ató a la silla y como si la parte más blanda de mi cuerpo fuera una perlita de grasa…, la Maga se la comió.

 

Luego un vaso de agua y en las comisuras de sus labios una mueca de asco, me golpeó el ego.

 

Quizá el experimento no era necesario y quizá tampoco era necesario conectar una manguera a sus flacas entrañas para llenarlas de algo…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

© ANDREA SAMANIEGO

Colección poética:

“GENERACIÓN FRACTAL”

 

 

 

 
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