Ø REVISTA: LA.KBZUHELA
Año: 2006
Proyecto editorial literario la.kbzuhela
Ø Selección narrativa: "LUZ LATERAL"
Editorial: Casa de la Cultura Ecuatoriana
Año: 2008
Proyecto editorial literario Talleres de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Libros a publicarse:
Ø Libro de cuentos
Editorial: Drugos de la Naranja
Año: 2009
Proyecto editorial literario la.kbzuhela
Participaciones
Ø PRIMER ENCUENTRO DE GRUPOS Y TALLERES LITERARIOS “ALFONSO CHÁVEZ JARA”
Fecha: 12-13-14 de abril 2006
Lugar: Riobamba-Ecuador
Ø VARIOS RECITALES
Fecha: entre septiembre 2006 y abril 2008
Lugar: Quito - Guayaquil - Riobamba / Ecuador
TEXTOS EXTRAÍDOS DE LA ANTOLOGÍA NARRATIVA: "LUZ lATERAL"
DESPUÉS DE LOS GRITOS
Bajé la última grada sin querer oírte una vez más. Estaba harta de tus groseras imposiciones, así que era mejor perderme (entre las cosas que siempre odiarás).
La transpiración de los reflectores empezó a bañarme con dulzura. Desde la vulnerabilidad hasta la piel: todo al descubierto.
Nunca he querido ser prisionera y de pronto mis muñecas no podían moverse. Ahí, junto a las ratas, sentí dos dedos trizándome las membranas, tres dedos obligándome a gemir… Tres voces asquerosas que gritaban: ¡aprieta!, ¡abre!, ¡toma!
La ropa, los cierres y los broches pudieron huir. Un afiche enlodado me vestía y un torrente que bajaba entre mis piernas manchaba el afiche.
La hora de escape inunda los ascensores, rechina en los semáforos, empaña los faros, pasa por mi lado, pudriendo mis oídos. Mis ojeras estallan, arrojan nicotina y acetato.
Escucho luces giratorias quejándose muy cerca. Pienso que mi tragedia no está sola, pero solo es un desfile de extintores, vendas y casacas rojas que pasan por una avenida, mientras yo me desgarro en una calle.
Después: Tantos sonidos con el humo y tus gritos en mi cerebro:
“Si sales, no vuelves” y no vuelvo.
“Te vas a arrepentir”.
“¡Regresa insolente!”… Y estoy tan lejos de la casa, de las vendas… de ti, mamá.
Mi sangre está llegando a una alcantarilla. Intento obviar el dolor, la muerte, la desesperación, el arrepentimiento.
Me estoy yendo sin querer verte. Darte la razón ¿Para qué?
Me voy. Tú, sigues gritando.
GOC&GOJO
Goc y Gojo se reunieron a las cinco para la rutina de los viernes, la exploración de bares, cantinas, esquinas, que siempre concluía en el mismo lugar: la mesa central del bar de Plinio, en donde al momento de repartir la mezcla sórdida (cerveza, hierba y ganas), se ignora la conciencia.
Brindaron insaciablemente, hasta creerse la publicidad de un gran letrero rojo ubicado en una pared, que decía en letras blancas: Aquí se cumplen los sueños.
Como siempre, buscaban una, alguna para compartir. Se llamaría María Clara, de nítido color en todos sus ángulos. De nombre, creencia y estructura… perfecta.
El cuerpo les pedía un desborde que se condensaría en el edificio de junto, el de siete pisos, para los estudiantes de la universidad de la esquina. Aquel que tiene un guardia sesentón en la puerta. Maria Clara viviría en la quinta planta.
Subirían por el ascensor, la mano de Goc, acariciaría una pierna, para recordar qué es una mujer. Las manos de Gojo redescubrirían lo que hay después de desabotonar una camisa. Se cerraría la puerta y serían horas de trucos variados, modos corporales, mitos sexuales, fantasías atrapadas en frascos de aceites y esencias.
El placer debería absorberse por turnos, en cada sección imaginable, para que ambos sintieran la perforación de la intimidad como una “ruleta rusa”.
Nada faltaría por hacer, y claro, una jornada completa debía tener su recuerdo: una bocanada de látex usado, que Goc dejaría en el cajón de las prendas diminutas.
Las intenciones reprimidas por los cientos de rechazos y los deseos, réplicas del séptimo arte, les provocaba ese estado imposible de comparar.
A las seis y quince María Clara empezaba a esfumarse, Plinio sacaba de su bar a Goc y Gojo, les limpiaba las lagañas y los sentaba en la parada de buses. Necesitaban un par de almohadas para seguir aguardando por una damisela, que solamente dopada podría convertir la satisfacción de necesidades en un hecho aislado de los efectos contraídos en la mesa central del bar de Plinio.
A MI IDOLO
“Cuando la imaginación y la lógica están en conflicto,
la primera invariablemente es la que triunfa”
Te escucho... me alientas, te repito.
He creado tu presencia en la intimidad de un altar, que solo es tuyo; donde las estaciones y los colores permutan a tu ritmo.
Disfruto cuando existo, si estás adjunto a los apuntes y acordes coleccionados en pos de ti.
Un eventual latido quiere irse contigo, te lo remito, y espero que llegue a su destino, aunque presiento el extravío.
Algún trastorno anuncia tu llegada fugaz. No renazco, te despido. No quiero la conciencia, si aún tengo sentidos. Pero nada me hace negarte, reitero mis intenciones.
Quiero tocarte aunque las brechas existan, porque estás diagramado en cada cita y no luces con otro nombre. Representas el todo, que delinea mis estereotipos.
Te busco... pero si eres el discreto transeúnte que tiene todo lo que no pensé de ti... me declaro bienaventurada y creo en ti sin verte.
© IVONNE PONCE